jueves, noviembre 10, 2005

How to disappear completely

Tengo otitis. Según yo, esa es enfermedad de bebeses. A mi me vinieron las enfermedades comunes muy tarde y hace como 3 años tuve la famosa varicela y casi me morí. Pasé un mes convertida en un monstruo purulento y luego cuando empezaron a secarse las cosas, me convertí en Ben la Mole versión niñita. Después me caí en pedacitos y tuve que ir a Cirugía de Cuerpo y Alma para que me dieran un nuevo rostro, una nueva espalda, un par de pulmones nuevos y todo lo demás. La verdad, es que fui con el doctor Galo Andrade y, bueno, el presupuesto era bajísimo y evidentemente no obtuve buenos resultados.

Anoche no podía dormir del dolor de mi oído izquierdo. Tenía que levantarme ultra temprano hoy, así es que salí de un sueño muy loco que tuve con el niño perdido que todo el mundo anda buscando. Yo caminaba por un pueblecito como de playa, con caminos de tierra en subidas y bajadas. Él aparecía en una tienda de mascotas promocionando unos loros muy extraños, que eran como gallitos en miniatura, que se pescaban a las pájaras de su jaula con desesperación. Sexo aviar.

Mientras me duchaba pensaba en lo heavy que es eso de desaparecer, borrarse, así como en un retoque mágico al cuadro de la vida diaria. Conozco un montón de historias de gente que se perdió y nunca más nadie supo de ellos. Terminan perpetuados en una leyenda maravillosa, como la vida que no tuvieron. La gente que desaparece se lleva consigo todo lo detestable de sí mismos. ¿Será posible desaparecer para nunca más ser encontrados, partir de cero, dejar todo botado, hacer otra vida, ser otra persona, no tomar contacto con nadie ni nada que te recuerde lo que algún día fuiste?.

Lo que en realidad me pregunto, es si vale la pena, si tiene verdadero sentido hacer algo así. Empezar otra vez. Si la primera parte resultó tan desastroza, con qué patas uno va a conseguir un éxito secundario.


Yo creo que jamás.